"Hay un sinnúmero de otras alternativas", señaló Zepeda, mientras mesa y opositores negocian, con máxima cautela, decisiva reunión.
Luego de dos semanas de fuertes polémicas, tanto la directiva como la disidencia de Renovación Nacional se encuentran actuando con cautela frente a la eventual reunión que mantendrían en los próximos días. Carlos Zepeda, del sector disidente, restó importancia a poner en primer lugar de la discusión una mesa de consenso, enfatizando que "la solución pasa por lograr que en el partido las opiniones de los distintos sectores sean respetadas y consideradas".
En fuentes de los opositores a la mesa se explicó que el encuentro se formalizará de manera privada, porque se está viviendo un momento "crítico", en el cual se abre una oportunidad para resolver el conflicto en forma consensuada. Y señalan que, para que eso resulte, "hay que ser cuidadoso en la forma y en el fondo".
De ahí que se estime en ese sector que "el primer paso es reunirse y dejar que las cosas fluyan".
En la misma línea, Carlos Zepeda, consultado respecto a si una mesa de consenso terminaría co las dificultades en RN, respondió que "la solución pasa por lograr que en el partido las opiniones de los distintos sectores sean respetadas y consideradas. Eso es lo de fondo. Eso se puede lograr, desde luego, con una mesa de consenso, pero también con un sinnúmero de otras alternativas que esperamos tener la oportunidad de conversar con la mesa".
En cuanto a cuáles son esos puntos, contestó que "no voy a conversar eso por la prensa. Es algo que hay que desarrollar en conjunto (con la directiva)".
Sobre la fecha de la reunión entre las partes, dijo que hoy día "no hay nada concreto".
En la directiva, el secretario general, Mario Desbordes , reconoció que fue el timonel Carlos Larraín quien propuso el miércoles o jueves para reunirse. "Tenemos la mejor disposición para recibirlos y conversar sin tabla rígida. Los contactos los estamos haciendo con Daniel Platovsky, que es el interlocutor que ellos han designado", explicó.
A su vez, ayer, antes de haberse contactado con Platovsky, Carlos Larraín fue consultado si es definitiva su decisión de no repostular a la presidencia, para que haya posibilidad de levantar una mesa de consenso, ante lo cual respondió que "yo no he dicho eso, sino que sostuve que, si hay cierta gente a la que le molesta mi persona, sólo ofrezco no ir a cambio de preservar la unidad, la concordia, porque el Gobierno está muy arrinconado. Y, como dice el refrán, el odio nada bueno engendra, sólo el amor es fecundo".
En tanto, desde el grupo de «los separatistas» -nombre con el que fueron bautizados quienes podrían renunciar al partido en caso de seguir los desacuerdos internos- la diputada Karla Rubilar dice que si bien ve con buenos ojos una mesa de consenso, "la señal que uno espera son cambios estructurales. Necesitamos que ese consenso no sea yo pongo tres y tú tres, sino que sea una forma de conducir el partido por el camino que nosotros esperamos. Si ese camino no se da, evaluaremos qué vamos a hacer".
Para Pedro Pablo Browne , a su vez, "evidentemente una mesa de consenso es una primera señal importante" para solucionar el problema de RN.